Ubicación:
Gran Canaria
Capacidad:
10
Esta casa es un cálido ejemplo de la arquitectura tradicional canaria, con su tejado a dos aguas, vigas de madera, balcón abierto y habitaciones cómodas con suelos y techos de madera. Los arcones de cedro guardan delicadamente la ropa de cama, y las ventanas dan al llamativo “cráter” interior, donde se puede escuchar el suave canto de los halcones al comenzar a ponerse el sol.
Restaurada con esmero, la vivienda se encuentra en una ubicación privilegiada que celebra el paisaje que la rodea. Patios, escaleras de piedra, terrazas y muros colgantes se abren hacia vistas panorámicas de la costa, el mar y el estrecho istmo que se extiende hasta el horizonte.
Desde aquí, también se puede contemplar la cuenca central de la isla, salpicada de pequeños pueblos, barrancos verdes y campos que ascienden hacia la impresionante cordillera que corona el paisaje.
Un lugar lleno de belleza tranquila, luz suave y la sensación de estar abrazado por la naturaleza.



















